El hombre que tenía miedo
Cuentos
Rafaela, Ediciones E.R.A. (Escritores
Rafaelinos Agrupados)
"Es un conjunto de episodios donde el autor cala hondo en la tremendidad humana. Un escalado dramatismo transita estos cuentos donde la justeza de un idioma sobrio y adecuado pone la instrumentación al servicio del tema. Merecidamente premiado, si nos valemos de esta muestra, Balzarino es un escritor de garra, un arquitecto de la anécdota a la que le otorga la jerarquía y el despliegue de su natural sentimiento narrativo."
Luis Ricardo Furlan. Diario Castellanos, Rafaela, 9 de octubre de 1974.
Albertina lo llama, señor Proust
Cuentos
Rafaela, Edición del Autor, 1979.
"Los personajes que crea Balzarino tienen tal vez una característica común: en ellos asoman los defectos y las miserias humanas; esas criaturas no encuentran el triunfo como culminación, generalmente la tragedia los envuelve y los destruye...
Seis cuentos que dejan lugar a varias situaciones humanas signadas por la crueldad, la sorpresa, el drama. Lectura para adultos. Asombro y reflexiones aguardan a quienes se internen en sus páginas y descubran la riqueza de matices que ofrece."
Elda Massoni. Diario La Opinión, Rafaela, 13 de junio de 1979.
La visita del general
Cuentos
Rafaela, Ediciones E.R.A. (Escritores
Rafaelinos Agrupados), 1981.
"Los cuentos de La visita del general son muy buenos y, dos de ellos, el primero y El descanso del Quijote (a pesar de su título poco feliz), excelentes.
A menudo las solapas y las contratapas de los libros se exceden en elogios que después la lectura de la obra rectifica o desmiente. Esta vez no ha ocurrido eso: todo lo que de sus cuentos Amílcar Torre es muy justo y cualquier lector lo suscribirá gustosamente.
Por lo demás, como acaso usted ya sepa, a mí me atrae sobremanera la recreación de la Historia por la literatura. Usted lo hace muy bien, al punto de que La visita del general me trajo el recuerdo de La guerra gaucha. No siempre las comparaciones son odiosas: depende de con quién nos comparen."
Marco Denevi. Carta al autor, Buenos Aires, 20 de agosto de 1981.
Cenizas del roble
Novela
Rafaela, Ediciones E.R.A. (Escritores
Rafaelinos Agrupados), 1985.
"Es sin duda un hermoso relato, muy bien hilvanado, sobre la base de una técnica que me ha llamado la atención: esa combinación de monólogos, a veces entrelazados, a veces independientes, y todo unido a una narración que parece provenir de un personaje colectivo: la memoria de todos los habitantes de La Florida.
Ha conseguido usted reflejar, en Marcelino Belardi, una silueta recia, firme e inhumana al par, que está bien aludida en el título: una tragedia de poder, resuelta al cabo en soledad, como sucede tantas veces."
Federico Peltzer. Carta al autor, Buenos Aires, 4 de julio de 1985.
Las otras manos
Cuentos
Rafaela, Fondo Editorial Municipal, 1987.
Premio Fondo Editorial 1986, de la
Municipalidad de Rafaela.
"Se podría hablar de cierta atmósfera naturalista en estos relatos, pero lo hacemos con cuidado para que no se crea que veo en ello una regresión estética: naturalismo sí, pero con todo el misterio de la literatura y con cuidadosa selección de los elementos objetivos, para no caer en el desborde, en el descaro, en la doctrina. El escritor naturalista del siglo diecinueve era un experto pintor de brocha gorda, en cambio, Ángel Balzarino, es un experto tejedor de sutiles tramas artesanales."
Lermo Rafael Balbi. Presentación del libro, Rafaela, 26 de junio de 1987.
Novela
Rafaela, Edición del Autor, 1989.
"Una mirada profunda y simbólica nos advierte que el espacio no sólo tiene que ver con la extensión, la geografía, la materia o las precisiones geométricas.
A la literatura le ha sido concedida la capacidad de instaurar escenarios para enmarcar las acciones pero también, sobre todo, la virtud de transformarlos metafóricamente.
Así, por la vía mítica, el ámbito de los acontecimientos puede pasar a significar un modo peculiar de instalarse en la realidad. Reconocerlo en el texto, revivirlo en la lectura y confrontarlo con la historia comunitaria nos sumerge en nosotros mismos y nos remonta al germen vital de nuestras particularidades de ser y de existir. Por eso, tal espacio contribuye a despertar y madurar al grupo sociocultural que lo habita, al cual expresa y representa.
Ello viene a cuento porque uno de estos "axis mundi" va afianzándose progresivamente en la narrativa de Ángel Balzarino bajo el nombre de La Florida.
Había aparecido ya en algunos relatos de Las otras manos. Es también el pueblo de la gloria y la decadencia de Marcelino Belardi en Cenizas del roble. Vuelve ahora en Horizontes en el viento.
La elección no es arbitraria. La Florida parece haber sido uno de los nombres barajados "ab initio" para designar lo que luego fue Rafaela. No pudo ser en la historia, pero la memoriosa palabra -narrador mediante- lo rescata y lo trasmuta en lugar mítico.
Si aceptamos que toda obra literaria pertenece a una simbólica; que, como tal, revela algún modo de ser el hombre y, a la vez, actúa sobre él, la recurrencia de La Florida en la obra de Balzarino -nutriendo personajes y acaeceres diversos- sobrepasa ampliamente su apariencia de telón de fondo para generar significaciones que tienen mucho que ver con la Rafaela de hoy y con nosotros mismos.
Queda al arbitrio del lector situarse de un modo tal, ante esta nueva narración, como para trascender la simple anécdota y discernir el núcleo mítico que impulsa a la comunidad desde las oscuras pero dinamizantes zonas que ocupa en la siquis colectiva."
Amílcar A. Torre. Texto que figura en la solapa del libro, Rafaela, 25 de octubre de 1989.
La casa y el exilio
Cuentos
Santa Fe, Ediciones Sudamérica, 1994.
Faja de Honor 1996, género cuento, de la
Asociación Santafesina de Escritores.
Este volumen incluye, en reedición,
Cenizas del roble y La visita del general.
"Alejo Carpentier resumía con los adjetivos "real-maravilloso" a la esencia de la sabia circulante en territorio americano. Más cerca del primero de estos términos, sobre el sustrato de una América "bella y feroz", se construyen estos cuentos ágiles, vigorosos y contundentes como mazazos. Se trata de una trilogía que comprende La casa y el exilio junto a otros dos cuentarios ya conocidos y valorados Cenizas del roble (1985) y La visita del general (1981). El primero reúne cuentos nuevos trabajados en torno de hombres como Juan de Garay, Hernán Cortés, Pedro de Mendoza, Cristóbal Colón, Túpac Amaru, caciques y soldados empujados a una lucha despiadada "impotentes ante la fatalidad, enceguecidamente ardientes", como los define Elda Massoni en el prólogo. Escritos sobre ese límite entre la historia y la ficción, Balzarino recrea -hasta la exasperación- la oscuridad del corazón del hombre. Sus cuentos son versiones de la contradicción entre la precaria contingencia humana y el deseo desmesurado. El camino sin retorno de la ambición y el poder conduciendo a la destrucción. Situados espacial y temporalmente, alternando con datos reales, "Nombres que rescatan las documentaciones históricas y nombres ficticios sumisos indiscutiblemente en las manos del autor", especifica Massoni, quien destaca la pertenencia de los personajes a "la vorágine de humanidades de todos los tiempos, lo que nos hace comprender una vez más qué absurda es la necesidad de dominio cuando las tormentas acechan". Menos inclinado a escuchar la poesía de los mitos americanos como Libertad Demitrópolus o desprovisto de la fina ironía con la que Mujica Láinez se distancia del drama de sus criaturas, los relatos de Balzarino -en similares contextos históricos y geográficos- están consustanciados de un modo visceral con sus protagonistas. Los define Massoni como "viriles, con un vigor tormentoso que escarba casi obscenamente en las heridas". Aportan a ese costado de la historia que la imaginación reinterpreta a través de la literatura."
Rosa Gronda. Diario El Litoral, Santa Fe, 24 de septiembre de 1993.
Hombres y hazañas
Cuentos
Rafaela, Fondo Editorial Municipal, 1996.
Premio Fondo Editorial 1995, de la
Municipalidad de Rafaela.
“El efecto mercado pone en circulación textos que nos complacen con recursos de ramera; desde el reverso nos apelan escrituras provocadoras que zapatean sobre nuestras vísceras: ellas recorren circuitos no comerciales, o no recorren circuito alguno si no logran despegar hacia la edición. Dentro de la dimensión de una literatura que apuesta a abrir interrogantes, Ángel Balzarino acaba de presentar Hombres y hazañas. Ángel mantiene una tonificante fidelidad a sus propias pautas: seriedad, horror por la estridencia, temática que no intenta el golpe bajo, modalidad editorial austera. Hombres y hazañas es un libro claro cuyas derivaciones se ramifican: por un lado pica la frente y planta preguntas: ¿Será que a Pizarro lo ajusticiaron como reparación al crimen de Atahualpa? Ah, Lavalle y su intrigante muerte: una bala que prácticamente no pudo venir de afuera… ¿Y Mendoza? Urge leer sobre Mendoza luego de “La sentencia”. Textos que son hilos con los que se puede indagar en los genes de nuestra procreación colectiva, aportados por conquistadores españoles, Dempsey, Malvinas, generales en retirada.
Con Hombres y hazañas una vuelve a levantar sudarios y revisar muertos queridos -Hernández, los chicos de la guerra-; acomoda sus tumbas, les pone flores y charla un rato con ellos acerca de la impropiedad de pasar al bronce antes de rematar la anónima pero caliente vida en la carne. Los cuentos de Balzarino son flashes de memoria e interrogación. Un itinerario con traidores y desertores, con derrotados que no lo merecían y derrotados a los que cualquier ajuste de cuentas les cae bien. Balzarino nos envuelve en una conclusión tácita: nuestra condición es la derrota. Ella nos espera, en algún recodo, tanto a réprobos como a héroes.
Esas capitulaciones diferirán en los matices, como seguramente diferirán los nombres con el que cada uno armaría su universo: (en el mío no faltaría Discépolo, quizá); pero si la nada aguarda inexorable, la traición abre fisuras donde nuestros idealismos naufragan, y de las hazañas sólo queda el vapor de una palabra que la testimonie, acaso la escritura acabe por ser oración y señal de alcanfor que usamos los empestados para conjurar la derrota, aunque no terminemos de lograrlo y reabramos una y otra vez el ciclo.”
Sonia Catela. Gaceta Literaria de Santa Fe, 21 de marzo de 1997.
Territorio de sombras y esplendor
Novela
Rafaela, Fondo Editorial Municipal, 1997.
Premio Fondo Editorial 1996, de la
Municipalidad de Rafaela.
“Como bien nos dice Ernesto Sábato, el testimonio de la novela o del cuento es uno de los más completos, mucho más que la pintura o que un video, pues resulta más integral y abarcador. Es la gran ventaja de la literatura sobre las otras artes, el SER entre la ficción y la realidad. Justamente esta ambigüedad, propia de la esencia literaria, le permite al escritor dar un cuadro más cabal, más pleno o absoluto de una época, de un momento histórico.
Territorio de sombras y esplendor -novela ganadora del premio Fondo Editorial de la Municipalidad de Rafaela, 1996- relata una de las tantas gestas colonizadoras de la provincia. Mucho se ha contado y cantado sobre el tema, pero somos tierra de inmigrantes, casi todos tenemos un abuelo o tatarabuelo, héroe o trotamundo, osado o desesperado “gringo” que, venido a “hacer la América”, nos hizo el país, nos hizo a nosotros. ¿Qué tema más propio o más propicio?
En tal sentido, creo que Balzarino cubre en esta gesta narrativa, esa deuda que, aun secretamente, reconocemos todos: la de dar testimonio de nuestras raíces.
Pero lo importante aquí, que es lo que enaltece y distingue este relato de otros, es la visión del autor, su mirada “desde adentro”, vívida, sentida, crítica, existencial, comprometida; lo que no logra, no puede por razones propias del rigorismo científico, el historiador o el sociólogo, quien no puede ni debe apartarse de lo que estrictamente ha sucedido o presume que ha sucedido conforme con los datos compilados.
Poco nos revela la objetiva historia de un Federico Keller -nombre ficticio para un personaje tan conocido en las colonias como el contratista de tierras- y su debate entre el poder (en verdad el temor al fracaso y el tener que volver al terruño con manos y sueños vacíos) y el amor (“Entonces apareció ella. Bruscamente. Una especie de revelación o feliz descubrimiento. Advertí de pronto que podía existir algo más importante que el trabajo o el afán de conseguir dinero…”). Y la sombra de la muerte, materializada en su suicidio, pero proyectada a lo largo de las distintas secuencias, como una presencia ineludible, como una certeza, tal vez la única, de un final común insoslayable (“…permanecía quieto junto a su cama, sin poder rehuir el acecho de múltiples figuras, todas feas y distorsionadas, con que imaginaba a la muerte, cuya cercana e irrevocable visita me llenaba de perturbación”).
Angélica se yergue como la otra columna que sostiene -hilvana, solventa, entrecruza- la trama. Angélica “la” elegida por Keller como compañera y esposa, la más feliz de las quinceañeras casaderas de su tiempo por tan disputada y codiciada conquista; pintura fiel de la sumisión por amor de una mujer y de cómo éste se trastoca en odio, frustración, resentimiento traicionado por el fantasma del primer y único “gran amor” de su esposo, ése que los acosará hasta el fin de sus existencias, ése que ella no es capaz de reemplazar, ése del fraude y el silencio. Con estos elementos Balzarino devela, con un sutil manejo literario y conocimiento profundo del alma femenina, cómo los sentimientos más puros o esperanzados, desplazados por el más feroz de los rivales: el recuerdo, puede llegar a concebir la más demoledora venganza (“Pasiva. A la espera del momento oportuno para dar el ataque… con infinita paciencia, grávida de rencor y furia”).
Utilizando técnicas de fragmentación temporal y cinematográficas (flash back), combinando monólogos interiores con múltiples parlantes y un narrador anónimo, y con la sola clave de las fechas encabezando algunos capítulos y el juego de las distintas tipografías para cada una de las voces, Balzarino logra crear una suerte de laberinto cuya complejidad no es tanta como para perdernos y perder el verdadero objeto o sentido de tales construcciones: la incorporación lúdica del lector.
El resultado es obvio: una historia atrapante en el envase adecuado = una novela que merita ser leída.”
Trudy Pocoví. Diario El Litoral, Santa Fe, 19 de julio de 1997.Mariel entre nosotros
Cuentos
Buenos Aires, El Francotirador Ediciones, 1998.
“¿Dónde está Mariel? ¿Dónde se ha escondido?
Podemos buscarla entre los desagradables y remotos recuerdos que guarda la memoria, remover en nuestro interior, hurgar en nuestras actitudes y ansiedades, tal vez en los más insensatos impulsos o en las peores vejaciones de que fuimos víctimas.
También podríamos deslizarnos sigilosos durante la noche, por las desoladas y polvorientas callejuelas de un pueblo silente e inexplicable, que todo lo absorbe y lo devora, con fantástica ferocidad, como una máquina implacable de hacer picadillo a cuanto ser viviente se aproxime aún, a la figura emblemática de Mariel. O rastrear en los alrededores lodosos y oscurecidos por las arboledas.
Pero Mariel está ahí, latente en cada casa y en cada vereda o esquina de La Florida y, La Florida: ¿Existe o no?
La respuesta, sórdida, desorientada y casi perdida, llegará desde la boca a la yema de los dedos de cada uno de los increíbles personajes, increíbles y reales que habitan este libro, cifrado en dieciséis formidables cuentos, que el autor, Ángel Balzarino , acomete con gran oficio y espléndida fluidez, oficio al que por otra parte, Balzarino, nacido en el centro de nuestro país, nos tiene acostumbrados.
Escritor de larga trayectoria y varios títulos publicados con otros tantos premios aquí y en el exterior, nos mantiene anhelantes porque queremos “más”.
Lo sustancial emerge desde un comienzo, con Ahora, la oscuridad recorriendo Cuerpo en llamas, pasa por Mariel entre nosotros -cuento que da nombre a la presente edición- para llevarnos expectantes a Ellos, al acecho, -todos de temática nacional- los personajes viven, están vivos, palpitan, se puede olerlos y oírlos respirar. Acontecimiento éste, harto difícil en la literatura.
Cada individuo de La Florida es cuestionado. Se consume en su propia desolación, vibra, lucha, se debate entre sus ambiciones, sus resentimientos y envidias, e intenciones tan inherentes a la raza humana, y que Balzarino ha captado con excelente ojo avisor y mejor pluma.
El erotismo, el sexo y el deseo, no están exentos, trazados con talentosa sutileza, sin caer en lo degradante, de mal gusto o pornográfico, sobrevuelan todo el tiempo estas páginas, en un estigma de perdición irremediable al que los habitantes de este mundo nos hallamos expuestos.
El lector busca a Mariel con ansiedad, y pronto se da cuenta que está allí, intangible, en cada esquina, recostada, esperando, en el marco de cada ventana o en los descampados terrosos, en todos lados, porque comprende que Mariel es uno mismo, y que si no lo es aún, podría llegar a serlo. Esta es una de las virtudes del autor. Nos transfiere casi como una experiencia de vida, una visión de la realidad existencial desarrollada en un pueblo inexistente (o no) entre seres imaginarios (o no) toda una saga, casi mítica, casi cotidiana, con ojos nuevos para viejas pasiones.
Inolvidable.
Un libro excitante que sacude la momificada narrativa nacional.
Tengo algo que decir: Mariel está entre nosotros, y se quedará por mucho, mucho tiempo, entre nosotros.”
Norberto García Yudé. Prólogo del libro, Buenos Aires, 1998.Antes del primer grito
Cuentos
Rafaela, Edición del Autor, 2003.
“Un clima opresivo preside estos admirables cuentos de
Las sombras obsesivas de las patologías que asolan la sociedad contemporánea olvidada de Dios -al que sustituye con desesperadas recurrencias al sexo y a las transgresiones- se desprenden de personajes y situaciones en este libro que continúa con las indagaciones del autor en el territorio de los estragos que produce la sociedad del hombre que ya no encuentra el sentido de su vida.
Son narraciones que muestran las terribles desviaciones de la conducta humana: la violencia, tanto aquella que pretende ser redentora como la que aspira a reprimirla, es un tema de siempre, pero hoy, más vigente que nunca.
Desde la elaboración intertextual con los múltiples puntos de vista de los personajes, al empleo de distintas formas narrativas, los seis cuentos que integran esta obra son una muestra de la madurez alcanzada por Balzarino, quien logra a través de ellos, comunicar con precisión y sugerencias el testimonio de la crueldad y la deshumanización que prevalece en muchos aspectos de la realidad actual.
La tonalidad sombría de Antes del primer grito -por contraposición- nos sugiere la ausencia de la plenitud de la vida humana, distorsionada por la desorientación. En cada uno de los cuentos se hace presente cuánto se ha alejado el hombre del camino de la liberación. Desde la primera narración Como viento huracanado (que relata con intenso realismo cómo es ultimado un grupo de guerrilleros, uno de cuyos integrantes es una mujer que logra salvar a su bebé arrojándolo fuera de la casa en la que están refugiados) hasta Hacia la noche (donde el protagonista, un ex militar poderoso y conductor de la represión, ahora condenado a morir por una enfermedad, enfrenta la agresión de un grupo de muchachos que lo acusa de asesino) los cuentos giran en torno de la soledad, el extravío, la violencia y el desamparo.
Balzarino, con un estilo claro y contundente, penetra en la noche de una vida que se debate para alcanzar por rumbos equívocos la salida a sus angustias mortales. Su obra presenta características de expiación. Su tonalidad sombría, vertida con mano diestra y segura, tiene el rigor de la expurgación. Y como ella, se adivina que su meta es la luz.”
Arturo Lomello. Gaceta Literaria de Santa Fe, otoño de 2004.El hombre acechado
Cuentos
La Plata, Ediciones Al Margen, 2009.
“En la contratapa de El hombre acechado, expresé: “
El título de su séptimo libro de relatos lo está diciendo todo: acecho, asedio. Sabemos, como sabemos cuando estamos ante un personaje de Chase o de Hitchcock, que a esos personajes “algo” les va a pasar y que ese “algo” no resultará demasiado agradable. Y ocurrirá en casi todos los casos, salvo en dos de estos relatos -Concierto para violín y orquesta Opus 61 y Centro de ayuda al suicida - en los que Balzarino se inclina por un humor socarrón que sorprenderá al lector.
El escritor argentino utiliza diversos recursos narrativos para construir sus ficciones: monólogo interior, relatos en primera y tercera persona, estilo indirecto libre y otros. Sus relatos suelen ser dramáticos y refieren, en la mayoría de los casos, a seres solitarios que deben enfrentarse a situaciones inesperadas. Los amores contrariados se vuelven tema recurrente en Balzarino, aunque los propios amores -la relación “clandestina” de una pareja- pueden servir de pretexto para derivar en otra cosa, inesperada (en El refugio, en un final de horror).
En general resultan sombrías las historias de El hombre acechado. El escritor rafaelino busca en los remates de los cuentos, buenos remates, la “explicación” de cada texto que además de deparar sorpresas terminan siendo las vueltas de tuerca que justifican y en cierta medida reorganizan a los propios relatos.
De la veintena de ficciones aquí reunidas destacamos Apenas un sueño y Prueba de hombre, en los que las inesperadas muertes de determinados personajes exploran las temáticas del amor y la soledad. Pero fundamentalmente en los cuentos de humor antes señalados Balzarino narra de una manera distinta, sin disrupciones de tiempo y espacio, apelando a un humor -negro, en el segundo de los casos- que mucho lo favorece al tiempo de que logra ampliar sus horizontes narrativos.”
Carlos Roberto Morán. Blog Noticias desde el sur, 29 de abril de 2009.La sangre para ellos son medallas
Cuentos
La Plata, Ediciones Al Margen, 2011.
El verso que denomina este volumen corresponde al poema escrito en cautiverio por el chileno Víctor Jara, el cual reitera el título del último de los cuentos que cierra una saga, y que desde su esencia misma anticipa la temática central, recurrente preocupación del escritor: la violencia y sus múltiples facetas, capaces de enajenar al hombre de nuestro tiempo, pero a la vez de liberar las pasiones que constantemente se hallan en pugna con la ética, plasmada literariamente a través de una estética que recurre a la aventura del lenguaje -muchas veces polifónico- para tratar de reflejar la naturaleza contradictoria del ser, sumergido permanentemente en la pesadilla de la revolución, la fuerza brutal de la represión, la guerra fratricida e inútil y hasta el sexo como posesión opresiva e irracional. Es por ello que sus protagonistas, por lo general e inevitablemente, deban sucumbir, como mecanismo de defensa. De ahí que la violencia se convierta desde la experiencia literaria, propuesta por el consagrado escritor Ángel Balzarino , en un gran acto catártico que se posiciona entre las dimensiones de lo histórico y lo mítico.
Texto de la profesora Liana Friedrich que figura en la contratapa del libro.
Timbre a la hora de almorzar
Cuentos
Santa Fe, Editorial Palabrava, 2013
Timbre a la hora de almorzar
Cuentos
Santa Fe, Editorial Palabrava, 2013
Las responsables de la Editorial Palabrava
expresan sobre este libro:
Las historias que integran esta antología
fueron escritas a través de más de cuarenta años. El paisaje, las calles, la
historia argentina, la inmigración, los conflictos de hombres y mujeres, son
los habitantes de un pueblo interno, el mundo literario del autor.
Varían las anécdotas, pero cada cuento es uno con los otros porque guardan un tono que los amalgama. El estilo de Balzarino nos recuerda la línea que deviene de Edgar Allan Poe. Seres y hechos -muchas veces sombríos-, regidos por el desequilibrio. Personajes con problemas y objetivos definidos, un claro efecto buscado desde la adjetivación, con un desarrollo fluido de los hechos que recaen en finales contundentes con todo el peso del relato.
A diferencia de otros autores contemporáneos, Balzarino nos presenta sus anécdotas despojadas de todo alarde, con personajes vívidos, sucesos insólitos y atmósferas agobiantes. El universo complota contra los protagonistas de estos relatos que sufren el desprecio, el engaño, el dolor. Un hombre hace que lo maten en una pelea en busca de un suicidio digno, una mujer despechada finge casarse para salvar su orgullo, un joven se enamora de una prostituta que sólo él respeta.
El autor también nos presenta una veta de humor corrosivo que se emparenta con el drama. Cuando en el lector se mezclen los hechos y las voces de las historias de este volumen, se revelarán los guiños y diálogos que hermanan a sus héroes, y se descubrirá la geografía total de la obra de Ángel Balzarino.
Varían las anécdotas, pero cada cuento es uno con los otros porque guardan un tono que los amalgama. El estilo de Balzarino nos recuerda la línea que deviene de Edgar Allan Poe. Seres y hechos -muchas veces sombríos-, regidos por el desequilibrio. Personajes con problemas y objetivos definidos, un claro efecto buscado desde la adjetivación, con un desarrollo fluido de los hechos que recaen en finales contundentes con todo el peso del relato.
A diferencia de otros autores contemporáneos, Balzarino nos presenta sus anécdotas despojadas de todo alarde, con personajes vívidos, sucesos insólitos y atmósferas agobiantes. El universo complota contra los protagonistas de estos relatos que sufren el desprecio, el engaño, el dolor. Un hombre hace que lo maten en una pelea en busca de un suicidio digno, una mujer despechada finge casarse para salvar su orgullo, un joven se enamora de una prostituta que sólo él respeta.
El autor también nos presenta una veta de humor corrosivo que se emparenta con el drama. Cuando en el lector se mezclen los hechos y las voces de las historias de este volumen, se revelarán los guiños y diálogos que hermanan a sus héroes, y se descubrirá la geografía total de la obra de Ángel Balzarino.
Todos amábamos a Virginia Crespi
Cuentos
Santa Fe, Editorial de l'aire, 2015.
Una variada
gama de historias presentan los diecisiete cuentos de este volumen: el súbito
deslumbramiento que una muchacha despierta en un hombre agobiado por los años y
el absorbente trabajo que le demanda el cuidado de su esposa enferma; el desesperado
intento de una mujer que, para retirar los ahorros de una entidad bancaria,
pone en peligro la vida de su padre; una mancha y un tigre que no sólo llegan a
provocar inquietud y miedo sino también, de improviso, dan cauce a una
situación enigmática; la comida transformada en la fuente primordial de placer
y alegría de una mujer que, relegando cualquier precaución o sugerencia, sufre
un paulatino confinamiento en su propia casa; las indelebles secuelas que
sobrellevan algunos protagonistas de un período signado por la violencia y el
desencuentro que pocos años atrás atravesó nuestro país.
Anhelos, frustraciones, esperanzas,
amor, soledad. El cúmulo de sentimientos que aflora a través de cada narración
permite apreciar el sesgo ya característico del autor: la indagación
psicológica, la visión irónica de algunos hechos, los matices de humor, los
desafíos y riesgos que implica el diario vivir.
Y el escenario por donde se movilizan
los personajes es el mismo que aparece en sus tres novelas cortas y en la
mayoría de sus cuentos: La Florida. Un nombre que se había barajado para
asignar a este lugar del oeste santafesino -llamado Rafaela, finalmente- y que
adquiere fuerte predominio en el cuento que, además de dar título a este libro,
presenta una figura cuya belleza y
fragilidad genera el amor de todos. Como respondiendo a las palabras de James
Joyce: Nunca había hablado con ella, a
excepción de unas pocas palabras ocasionales y, sin embargo, su nombre era como
una llamada a todas mis pasiones.
Historias de proezas y derrotas
Cuentos
La Plata, Ediciones Al Margen, 2016.
La
ambición por el poder y la gloria, el conjuro de traiciones y desafíos casi
demenciales, la lucha generada por el anhelo de conquistar un territorio o
sojuzgar a una población, son algunas de las contingencias que presentan los
catorce cuentos de este volumen. El muestrario de hechos y personajes alterna
entre un tiempo cercano -la guerra de las Malvinas, la última dictadura que
imperó en nuestro país- y otro más lejano, cuando la llegada de los
conquistadores generó feroces y sangrientos conflictos en diversos sitios de
Latinoamérica.
El
coraje y la altivez, la valentía y la fiereza, pero también la frustración, el
arrepentimiento y el miedo van encontrándose y desencontrándose entre fusiles,
persecuciones y escaramuzas, en estos relatos que conforman un incisivo planteo
sobre el tema dominante de la narrativa de Balzarino: el destino trágico del
hombre.
El
logrado ensamble entre realidad y ficción a través de la recreación literaria
de episodios históricos ratifica en buena medida el concepto que expresara
Marco Denevi: Si nosotros supiéramos del ser humano a través de lo que
recoge la historia, e incluso las ciencias, sabríamos muy poco. La literatura
colma el vacío porque se ubica en el plano individual, en el del hombre
concreto de carne y hueso.